Si llegaste hasta aquí , es muy probable que te preguntes quien es el Dr Ibar y por que le hago un ensayo, comenzare diciendo que el Dr Ibar tiene como nombre Jorge Ibargüengoitia, nacido en 1928 en Guanajuato, cuyo oficio es haber sido escritor.
Si aun te sigues preguntando que quien chingados es Jorge Ibarguengoitia o el por que viene al caso este personaje?, pues bien, todo se remonta a que tuve la oportunidad de ir a una exposición agro-alimentaria recientemente en Irapuato, ciudad perteneciente al estado del Plan de Abajo según el Dr Ibar.
Quiero que sepas que el Dr Ibar fue un muy buen escritor, pero decirte esto ,es como cuando le preguntan a una mama sobre si su hijo es guapo, por lo tanto seré cualitativo.
El Dr Ibar nos dejó como legado varios libros entre ellos los muy famosos “La Ley de Herodes” , “Los Relámpagos de Agosto” y cuyas publicaciones le valió el premio “Casa de las Américas” que es por decir traducido en términos futboleros como ganar la Copa América , de no haber sido por su trágica y prematura muerte era casi seguro que ganara el premio Alfonso Reyes que es como ganar “La Liga Mx” y quizá también el ” Miguel de Cervantes Saveedra” que hace honor a lo mejor de las letras en el idioma castellano, que es como ganar la Copa Confederaciones.
Mi primer encuentro con el Dr Ibar se remonta en el año 2004 cuando estaba viviendo en la ciudad de México y estudiaba la preparatoria en el Tec de Monterrey campus Ciudad de México y que el primer día que pise ese campus me hizo sentido el por que de la frase “Haz patria y mata a un chilango”
Justamente mi primer día de clases en la materia literatura o el equivalente conocí al Dr Ibar por que la maestra una atea chaparrita ojiverde de firmes palabras pero finas maneras que encerraba una sensualidad misteriosa y cuya forma de hablar me hace concluir que tenia demasiada paz interior, nos pidió como tarea hacer un ensayo de la Ley de Herodes.
Es así que compré el libro y al leer las primeras paginas quedé profundamente enamorado de esta literatura plagada de humor un tanto rocambolesco, de un sarcasmo mexicano, notoriamente fino y salvaje a la vez , quizá el Dr Ibar es la criatura que mas influencia ha tenido sobre mi manera de escribir.
Pues bien cuando entregué mi resumen del libro, tuve mi primer desencuentro con aquella maestra que yo medio idolatraba, bastó que lo leyera durante aproximadamente 3.1 segundos para voltearme a ver con ojos de pistola y comentarme que eso no era un ensayo si no un resumen.
Contrariado me puse a investigar con el señor Larousse para entender que era un ensayo, recuerdo que se me acerco un espécimen alimentándose con un tamal rosa fosforescente dentro de un bolillo (y pensar que antes cazábamos mamut con lanza), Guillermo que por sus facciones apostaría que en otros tiempos fue algo así como el ultimo tlatoani , y con un “cámara valedor” se ofreció a ayudarme a elaborar mi ensayo, para que sirva de dato cultural un ensayo es una opinión muy personal en forma de escrito breve sobre un tema en especifico.
Tras el primer intento, volví a la carga con la corrección del ultimo tlatoani, después de leer mi ensayo la maestra me dijo que no era posible que yo hubiera escrito eso, pues estaba muy bien escrito, que lo había plagiado, que le estaba fallando al Tec de Monterrey y por este hecho seria acreedor a una deshonestidad académica ( que al acumular 3 , te corrían del Tec), lo primero que se me vino a la mente es que la que le estaba fallando pero a Jesucristo era ella con sus comentarios anticristianos durante las clases.
Estaba ardiendo Roma, cuando hizo su aparición el último tlatoani para dar fe de que efectivamente había sido yo el autor intelectual del mentado ensayo, gracias a esto, saque de calificación uno de los pocos dieces que tengo en mi haber académico, en agradecimiento por los servicios otorgados decidí sustituir el apodo de “el ultimo tlatoani” por el de su nombre de pila Memo, lamentablemente me toco ver como lo atropellaban y fallecía a escasos metros de mi, la maestra en el funeral recuerdo que fue una de las mas afectadas, luego me entere quien sabe como y quien sabe por quien, que Memo le había estado dando mantenimiento sexual preventivo a la maestra, lo cual explicaba tanta mortificación.
Si no has leído al Dr Ibar, te lo recomiendo ampliamente, después de algún tiempo leí la saga “Las Muertas”, “2 Crimenes” y ” Estas Ruinas que ves”, las 3 novelas comparten la misma geografía “ficticia” en el céntrico estado mexicano del Plan de Abajo y que hace alusión a Guanajuato, también describe ciudades ficticias como por ejemplo, Cuévano, Muérdago, Pedrones, Cuerámaro, en algún momento menciona a las famosas poquianchis y con una sátira increíble ridiculiza sus personajes en una época donde el PRI fue el partido hegemonico de México
Jorge Ibargüengoitia fue ante todo un literato con alto sentido critico, no le gustaba que lo consideraran un simple humorista ya que fue un escritor serio, riguroso, ordenado y meticuloso, vale la pena que desempolvemos sus libros y le aprendamos todo lo magnifico de sus escritos, un tanto desconocido para la media mexicana por no tener en su haber tantos premios que lo reconozcan , pero como el decía , no hay que confundir lo grandote con lo grandioso.
Pues bien resulta que en mi visita a la agro-alimentaria de Irapuato viajando en la carretera de regreso a casa vi un letrero que decía “Cueramaro —> 20 Km”, no dude ni un segundo en desviarme a conocer esta ciudad y de la cual ignoraba su existencia pues casi todas las ciudades de sus obras son ficticias, paseando por sus calles ,viendo las construcciones muy al estilo guanajuatense, llegue a un punto donde una motopatrulla tenia cerrada la calle, aparentemente no se veía que hubiera algún evento extraordinario, por lo que presione acercando el carro con la intención de que despegaran el camino, a lo que me increpó un tamarindo de que iba circulando en sentido contrario, voltee a ver los carros estacionados que apuntaban en mi misma dirección, alegué esa seña con el transito y le comenté que no era de por ahí que estaba perdido queriendo salir a una carretera equis, como si nada le hubiera dicho me pidió mis papeles y sacó un desarmador con la intención de quitarme una placa, con un inútil, y un billete de Sor Juana puse fin a mi diplomacia para que me dejara en paz, salí bien librado.
Esta noche la soñé, con bigotes y oliendo a azufre. le perdí el respeto..
Jorge Ibargüengoitia