Don Carlitros Fest 2025!

Hola, familia, ¡bienvenidos al Don Carlitros Fest!

¡Qué bueno y qué bendición poder reunirnos nuevamente para celebrar el aniversario de mi abuelito Carlos!

Esperemos que en el futuro se integren más miembros (sin albur).

Debo confesar que ver a mi primo “el Tiliche” (por cierto, prófugo del anexo) es como las películas de aviones: desagradable, pero es algo para ver.

Cuanta razón tenía mi bisabuelita Evita…

Pero bueno, la vida no siempre es justa.

Ver a mi familia siempre es padrisimo; máxime porque los Silva se distinguen, entre otras cosas, por su capacidad de fumar, beber y platicar todos al mismo tiempo.

El otro día leí que “el agradecimiento es la memoria del corazón”.

Y en mi corazón están siempre mis abuelos Olga y Carlos, que nos enseñaron —o al menos a mí— todo lo que soy y todo lo que sé.

Enseñanzas valiosísimas como:

“A una mujer no se le debe pegar ni con el pétalo de una rosa… pero sí con el palo de la escoba.”

Una cosa bellísima. Es decir, un estado de anarquía que solo aquí se vive.

Don Carlos Silva, ¡eres un crack!

Lo que toca el alma nunca se olvida, y aquí seguiremos recordando, honrando y jamás olvidando a mis abuelitos y a los que ya no están con nosotros: mi tío Gerardo, Alfonso… y obviamente a mi hermana Ady.

Gracias por todo y por todos, aunque algunos estemos medios locos. “Diran que la locura pasó de moda”, tipo a la Silvio Rodríguez; yo pienso que “estar medio loco está de moda”.

Como dijera mi tío Arturo:

CHAO, CHAO, CHAO, CHAO, CHAO.

Posdata:
Rodrigo Alcázar para Presidente…., pero de la Ramón Farias.

Sobre Jacarandas y otras primaveras.

El otro día estaba leyendo en El Universal que Ricardo Salinas Pliego, mejor conocido como el Tío Richie, ofrecía 50 mil pesos a quien tomara la mejor foto de una jacaranda.

Y vaya que coincido con el Tío Richie, ya que la jacaranda es, quizá, una de mis plantas favoritas. Su mágica floración marca de algún modo el inicio de la primavera, el reinicio de la vida, como la resurrección que predicaba el Jesucristo que nos ilumina. Y eso, para los que somos team calor, es la gran maravilla, la gran señal, el inicio también de la temporada de cervezas frías. Por mi parte, cada año, al arribo de la primavera y sus colores, hago efusivamente la Roque-señal, aquel gesto interpretado por uno de los hijos predilectos del partido oficialista de los años 90.

Por eso creo que cada primavera es una buena noticia, que cada mañana es una buena noticia.

Mi tía Nena decía que todas las noches te abandonaras al sueño como si murieras, sin miedo, confiando en que así terminarías un ciclo para renacer a otro. Como que todo invierno es el final de algo, conectando con nuevas primaveras para renacer a nuevos ciclos.

Pero durante el invierno, cuando todo es frío y seco, de algún modo es la antesala de la vida. Ahí se gesta lo que sigue, se da lugar a seguir adelante, como ese breve espacio que hay durante la respiración mientras se medita, milésimas de segundo entre la inhalación y la exhalación. Estado donde, técnicamente, estás muerto, pues no respiras, pero estás listo para el paso siguiente, como un carro encendido pero en neutral.

Cuando era niño no sabía apreciar la belleza de las jacarandas, y eso que en casa de mis papás hay una. Ahora disfruto cada primavera, viendo cómo esta se viste de morado y se aromatiza.

Y es que me hace sentido lo que decía Bhagwan Shree Rajneesh, mejor conocido como Osho, sobre mirar el universo con ojos maravillados.

Solo en este estado el universo es portentoso, como los niños que todo lo que descubren les parece maravilloso, como los perros que disfrutan tu mirada como si fuera una caricia y se maravillan con pequeñas cosas: la comida, un paseo, la naturaleza, tu presencia.

Y no solamente las jacarandas. Están las camelinas, las hortensias, los capulines de floración verde casi blanca, árbol casi exclusivo de ciertas zonas y que, según la sabiduría popular, está destinado a desaparecer.

Ahora voy por el mundo mirando con ojos maravillados. Tanto, que hace poco, por andar así, me pasé un semáforo en Zihuatanejo. Un tránsito acabó momentáneamente con mi trance ontológico y el resguardo de mi credencial de elector, la cual, dicho sea de paso, dejé morir en manos de los burócratas porque la foto que aparecía era grotesca. Espero que este pequeño gesto no me convierta en un prófugo de la justicia. De lo contrario, ya estaría acumulando dos “prófugatos”: el del caso en cuestión más el del anexo.

Lo más triste del caso es que, cuando me repusieron la credencial, me la entregaron con la misma foto grotesca. Bueno, no todo es posible en esta vida. Al menos, en caso de crisis, ya se la puedo vender al PRI por $200 y una torta de jamón.

Lo malísimo de las jacarandas: que sean caducifolias y sus flores pronto desaparezcan. Lo bueno: que dejen una alfombra del morado más hermoso sobre los caminos, las calles, los jardines, los senderos, incluso sobre tu carro o sobre tu cabeza.

No sé qué es más absurdo e injusto: si el empaque plastificado durísimo —más que tu infancia—, inabrible, de unas tijeras filosas recién compradas en una ferretería, o que la jacaranda florezca solo una vez al año. Y esas sí son chingaderas, decía Manuel Juárez en una canción de Joan Sebastián.

Por eso, en la primavera, me gusta ir muy lejos y tirarme entre vinos y flores.

Me he convertido en eso que juré destruir: ahora soy la “señora” de las flores. Mi casa siempre procuro llenarla de cualquier planta que me he robado por ahí. Incluso en mi rancho reforesté una zona, y un rinconcito lo habilité con cipreses, araucarias, oyameles, capulines, floripondios y, ahora, una jacaranda bebé que, cada que llego, me está esperando, como cuando se espera a un amigo.

Aunque tengo manera de mandar fotos, pues la calle Camelinas de Morelia es un espectáculo de un millón de jacarandas, por supuesto que no enviaré nada. Estoy seguro de que habrá más de un fotógrafo profesional que frustre mi deseo de ganar el mencionado premio.

Aunque, pensándolo bien, quizá sí le mande algunas al Tío Richie con una tarjeta que diga:

“Saludos cordiales”

Y finalizando con un pomposo y muy ganador:

“¡América tetracampeón!”

…solo falta un millón de primaveras, unos cuantos siglos solo he de adorarte…

Joan Sebastián

La tercera es la vencida.

Después de vivir 7 años dentro del bosque Monarca de Altozano, a orillas de un campo de golf considerado como de los más bellos de México, en una de las etapas más bonitas de mi vida, una pequeña casa tipo loft, que llegó a ser mi adoración, de corte ecléctico, minimalista, rodeada de cuadros, algunos pintados por mí y otros comprados a través de los viajes que he podido hacer; mi vida dio un giro inesperado y me tuve que mudar a una casa cerca de la presa de Cointzio. Mucho más conveniente por la cercanía a mi trabajo y que, entre sus virtudes, tiene un gran jardín arbolado y floreado, muy “ad hoc” para hacer “n” cantidad de carnitas asadas, de construcción asemejada a una hacienda y bastante grande donde cabe perfectamente tu corazón, dijera “la galatzia”, aquel personaje interpretado por Cid Vela. Lo que terminó de decantarme por esta casa, es que está alejada del bullicio y de la falsa sociedad. ¡Ah! esto último no, ¿verdad?, Chente, ¡sal de mis pensamientos!; es pues el silencio sepulcral que tiene y que favorece a que pueda pasar del sueño REM al sueño profundo con más facilidad. A diferencia de la casa de mis señores padres allá en Uruapan, que me atrevo a decir que es quizá una de las mas bonitas del condado, pero tiene un defecto: es ruidosa, producto de los camiones urbanos, las campanadas de la iglesia, los cohetes de los barrios y los que se creen que pueden jugar a ser Toretto sobre las calles.

Estaba en la etapa del duelo por el cambio de casa a “Cuincho”, como le dicen los pobladores de la zona, cuando redescubrí, a escasa distancia la ciclo-pista que va de Morelia a Tiripetío. Y digo que redescubrí, pues en tiempos de la pandemia la transité varias veces en mi bici para escapar del encierro al que nos tenían sometido, con unas vistas espectaculares de la presa. Corrí entre pinos y cedros.

Mi primer acercamiento a la corrida fue allá en Uruapan, allá donde nací, allá donde dejé el ombligo, allá donde una persona, de manera artera, con una bata azul o blanca, nunca lo sabremos, me nalgueó a escasos segundos de haber llegado a este plano terrenal. ¡Vaya tipo! En fin, como les iba diciendo, estuvo a cargo de uno de mis mejores amigos, que lleva como hipocorístico “Villa”, que un día muy temprano, después de una épica borrachera, me dijo, “wey vamos a correr al parque”, a lo que yo comenté, “¿correr?, ni que fuéramos rateros”. Tras 5 cuadras de correr una calle que estaba empinada, y ya afuera del parque, al borde del vómito y el desmayo, mi compa me comentó: “Ánimo, correr te sirve para reflexionar”. Y que razón tenía, pues mientras recorrí durante media hora los senderos del parque nacional, reflexioné sobre la razón de beber ron blanco barato hasta altas horas de la madrugada sin temor a Jesucristo redentor.

Mi segundo acercamiento fue mientras vivía en Altozano, pues compré un reloj de esos que te registran, con pelos y señales, todas las métricas para salir a trotar media hora y llegar calientito a la clase de tenis de la 8 a.m., que me quedaba a 50 metros, literal, de mi loft. Y darlo todo. Según me dijo un día un compañero de clase, que yo tenía la garra de Rafa Nadal, pues corría a todas las bolas, y eso me motivaba a no faltar nunca. Más tarde, el profe Pablo me desilusionó diciendo que lo único que tenía parecido a Rafa eran las nalgas. Maldito profe. No le deseo el mal, pero ojalá cada que compre galletas Oreo le salgan sin cremita.

La tercera fue la vencida, y es que estando con mi novia, me dijo que a su abuelo le parecía “llenito”, después de hacerle una visita, más tarde, Gari una amiga, sugirió que por que no me ponía a correr. Y para crucificar lo poco que quedaba de mi muy lastimada dignidad, tiempo después, estando en una comida, la susodicha emitió al aire un muy soberano y tremendo: “ya le dije que baje la panza…”. Es decir, argumentos políticamente gravosos e incorrectos solamente equiparables a: ¿por qué las quesadillas en la CDMX no llevan queso? Dicho de otra manera: que mi complexión se estaba tornando, ya no digamos en cuestiones mórbidas, que ya no por salud, sino por higiene, que hiciera algo al respecto. Que era ya una inmundicia. Que aquello se estaba convirtiendo en dimensiones “rotoplasticas”.

Pinche Alejandra.

Tras un breve tutorial que consistió en calentamientos previos, sobre no salir corriendo como si te estuviera persiguiendo la DEA, sobre cómo pausar el reloj en cuanto termines de correr para que no se afecte tu desempeño, de caminar después de correr para bajar las pulsaciones, sobre respirar por la nariz para evitar el dolor del caballo mi maestra de yoga estaría orgullosa, y tras los primeros momento de correr donde por lo general me estaba casi muriendo, ¡tener resiliencia!, Javier Marías decía que las cosas parecen difíciles en cuanto se les piensa, pero imposibles cuando se les sobre piensa.

Ahora veo las ventajas de correr, hacer un Javier Aznar, que corría para permitirse toda clase de excesos contra su salud me representa, como el del lujazo de beber una cerveza bien fría y comerte un taco después de correr. ¿Hay algo más bello? ¡Claro!, ver campeonas a mis Águilas del América. Correr ha aliviado mi colitis producto del estrés. Corro mientras hago toda clase de reflexiones, conjeturas, elucubraciones, divagaciones, posibles escenarios: de por qué no se me ocurrió tal cosa en tal discusión; disociaciones, tales como: ¿por qué Britney Spears hizo un video bailando con unos cuchillos?; sobre si algún día ¿podré bailar como el Lobo Vázquez?; que el programa Between Two Ferns es el mejor de todos los tiempos; o ¿por qué nuestros papás nos prohibían ver a Los Simpson cuando estábamos chavos?; ¿por qué los gringos reeligieron a Donald Trump? ¿Huyen de la inteligencia o qué?; o artículos como este que escribí en mi mente mientras corría.

Sobre descubrir qué es lo que te inquieta: el precio de saber todo lo que pasa en el mundo es el de no saber lo que te pasa a ti. Sobre que la sociedad ha perdido su rumbo y nos hemos entregado a un hedonismo de supermercado y una democracia de autoservicio. Sobre como mejorar la productividad de mis negocios, sobre darle la vuelta a la indignación de mi pareja del por qué estoy perdiendo peso rapidísimo, sobre alimentar a mi artista interior. Ahora me acompaña hasta mi perro, que todas las mañanas me ladra fuerte, como diciendo: ya levántate, ¡vámonos! Corro por que motiva a ser mejor persona; corro para perseguir mis sueños, así como los perros que nos encontramos también nos persiguen. Corro con una playlist de Westlife que recién descubrí. Quizá parezca un gay de tomo y lomo tipo a la Michel Houellebecq, pero más bien me transporta a mis años de adolescente en las tardeadas de la secundaria. También corriendo me hice amigo de un italiano nacido en Roma que se llama Franchesco della Rovere y que cada que lo veo corriendo le grito cosas como: ¡Buongiorno, Franchesco!; ¡Arrivederci, ragazzo!; ¡Che brutta situazzione, Francesco!; ¡In tutti la madona, Franchescho! y una serie de idioteces italianas aderezadas a la mexicana.

No sé, pero eso de correr debajo de un solazo, como si estuviera haciendo la fotosíntesis, ha traído un nuevo impulso a mi vida. Quizá termine aprendiendo italiano, quizá termine corriendo un maratón, quizá a mi próximo hijo le ponga Franchesco, quizá nunca deje la bici y mucho menos el tenis, quizá vuelva a dormir sin preocupaciones, quizá el mensaje mas esperanzador que puedas dar a otros consiste en tu propia curación, o solo quizás.

Gerardo “weys”.

Me doy cuenta de que envejezco, porque cada vez acumulo más cosas vividas que antes eran impensables.

Como que México haya quedado eliminado en fase de grupos del Mundial, que ganara la primera mujer presidenta en un país de machos, que quizá también gane la primera presidenta gringa, que Mejía Barón no metiera a Hugo en el 94, que una cerveza de cuartito dé órdenes a un cuerpo de 90 kg, despedir a mi abuelita en su funeral con Chayito Valdez e Irma Serrano de fondo, que se haya repetido el Maracanazo 64 años después, que no era penal, el atentado a Donald Trump.

O cosas más trascendentales, como cuando vi a mi maestra de tenis estaba seguro de que te había encontrado, que toda la belleza del mundo era para mí, que aquí estaba mi futuro y tú no estabas en él, que el sueño de una vida juntos quizás esté dormido a la sombra de un olvido, que tocarías mi corazón aun pensando que no tenía, que la niña de la que se enamoró el árbol en la fábula de Hermann Hesse, La metamorfosis de Píctor, y cantada por Eros Ramazzotti, resultó ser la chica de Bristol.

Que la belleza del Pacífico tenga tanto en común contigo: su calidez, la endemicidad de sus mares, la unicidad de las flores naciendo entre los cactus, y la adversidad del desierto que nos recuerda que nada es imposible. Todo esto, desde la perspectiva de Baja California.

Que esto es lo que queda de mí después de personificar a una papaya para molestarte. Que me hierve la sangre cuando me hablan de ti.

Tú, Pops, Popi, Bolívar, SOP (sulfato de potasio). Con agüita del mar de Cortés quise enamorarte, pero tú no quisiste más amor que el del mar del Caribe.

Dime… ¿con quién conducirías desnuda por Morelia mientras nos reíamos como el Guasón, provocando cucazos a diestra y siniestra?

Dime… ¿quién te va a besar hasta la sombra mientras se escucha Tracy Chapman a oscuras, entre cuadros colgantes y las estrellas a través del ventanal de mi casa? ¿O caminar en el bosque durante la noche?

Dime… si haciendo las maletas y mudando de amor podrás callar todo el ruido que hicimos.

Dime… ¿con quién más vas a viajar en bici de una población a otra, con sus respectivas paradas a garnachear? ¿O nadar en un estero con los perros? ¿O hacer el amor en la playa a plena luz del día?

Dime… ¿quién te dejará boquiabierta contándote las muelas con todas las historias e idioteces que se me ocurrieron?

Dime… ¿con quién podrás repetir la historia de amor en Los puentes de Madison, en Iowa?

Dime… si alguien más te conoce la mitad o te ama la mitad de lo que te ama este güey, que tiene Asperger, teoría hecha en conjunto con la Güera de Mexicali.

¿Quién va a hacerle un coco wash a Luuk sobre ser buen amo?, o dime, finalmente… ¿quién va a leer el Good vibes only una vez más?

¿Qué voy a hacer con la tierra prometida donde construiríamos nuestras ideas? La Hacienda Madero… Estoy convencido de que yo, un poco loco, y tú, un poco creativa, hubiéramos hecho de aquello una expresión artística.

Todas estas cosas es lo que siente el hombre sin la mujer.

Cargas con dos corazones, el tuyo y el que me robaste. Confieso que me haces tanta falta… Lloré porque tu voz no está en la casa. Reí porque me amaste con todo tu ser. Y cómo no, si eras mi todo.

Y aquí estoy, solitario y solo, con esta maldita costumbre de pensarte casi a diario, pero con las mismas ganas de soñar. Tratando de encontrar el camino, agitando la bandera de la esperanza… como cuando agitábamos la bandera de España y salíamos en ESPN gritando:

“¡Cásate conmigo, Rafa!”

…en el Abierto de Acapulco.

Dicen, alarmados los alarmistas, que todo está perdido. Pero yo digo que:

“De sobra sabes que eres la primera…”

Que yo vengo a ofrecer mi corazón.

También dicen los optimistas que, cuando uno encuentre una salida, siempre marche hacia adelante.

Uno no está donde el cuerpo. Está donde más lo extrañan. Y se te extraña tanto… que sigues aquí.

Ya de tanto sentir, ya no siento. Ya no pienso, de tanto pensar. Ya de tanto llorar, ya comprendo… que hasta mis ojos se van a marchitar.

“Copitas de mezcal”, Irma Serrano.

En el gabacho….

¿Como es que, específicamente en cada minisúper de Estados Unidos, tienen a un Apu Nahasapeemapetilon?, ¿por qué?, incluso intenté yendo a varias tiendas y lo mismo, siempre un dependiente hindúe hablando un inglés indescifrable.

¿Será que los Simpson y sus ya famosas predicciones son la epifanía de nuestros días?. ¿Acaso Matt Groening , es un clarividente qué nació con todas las batallas ganadas?

Hablando de vicisitudes gringas, según esto, el past tense de cualquier verbo es añadir un “ed” al final de estos, como por decir: arrive, arrived, play, played, visit, visited, ¿fácil no?, ¿Pero quien habrá sido el “disgraziato” , que a sleep, le puso slept, a go, went, y a drink, drank?, diría mi amiga Dafne de origen italiana, “qué fea situazzione“, léase haciendo el siguiente ademán 🤌.

La pieza de ganado que creyó que era buena idea denominar con el eufemismo “the hard stuff” a la sección de vinos y licores de un restaurante, que un gringo con un corte de pelo tipo “mullet” y un jersey de fútbol americano pida para cenar un filete Wellington con su respectivo Dr Pepper, o que un mesero te traiga la cuenta sin haber sido pedida después de un pésimo servicio, esto último me recuerda a mi tío Arturo que, después de que se enfada de platicar, te corta con un muy efectivo y tajante “ahuecando el ala mijo”.

O, que para hacer una cuenta regresiva utilizan la palabra, 3 Mississippi, 2 Mississippi, 1 Mississippi.., por que un Mississippi tarda 1 segundo en ser pronunciado.

Cosas muy de gringos, es como el equivalente a ser español y llamarte Patxi Andion, Mikel Eretxun o Javi Aznar y ser fan de bandas de nombres como los Toreros Muertos y los Hombres G, o ser mexicano y llamarte José Guadalupe Esparza.

Pero dejando los estereotipos de lado, quizá te pareciera que estas cosas, no sirve saberlas, pero el trinomio cuadrado perfecto tampoco, ni la raíz cuadrada sacada a mano y sin embargo, lo aprendiste, todo esto me parece tan ridículo como cuando Walter White aventó una pizza al techo de una casa en Breaking Bad, o que de repente apareciera el cuerpo de Jimmy Hoffa en la cajuela de tu carro, o que te hallaras hablando de combate a la corrupción en las oficinas del PRI, todo esto raya en lo kafkiano para nosotros los ciudadanos de a pie.

Sobre el midwest gringo y la planitud de esas tierras, debo de reconocer que, sus atardeceres, son de los más bellos que he visto en mi vida, una tonalidad de rojos y naranjas que ni Obama, ni el pantone; esto, quizá por causa de su cercanía al ártico, cuestión que la hace una de las zonas mas frías de Estados Unidos, de hecho, ir a comprar cerveza o poner gasolina, debería tener valor curricular.

La verdad es que me choca ese invierno frío y obscuro, desde el otoño que le precede, pues es la antesala de un final, el final de lo verde de los árboles y del colorido de las flores; me deprime, como decía Joan Sebastian, me pongo sentimental, por eso yo me declaro más ecuatorial, soy como esa canción de “ven claridad” de Menudo, soy ese hijo de la luz, yo vengo de la tierra del sol, como Van Gogh que se encontraba e inspiraba en Arles, al sur de Francia, donde la luminosidad era mas intensa.

Todo mundo en retrospectiva es más inteligente, pero prometí escribir mis impresiones, y esa promesa es irrompible, como la que le hice a mi amiga Idalia, de que cuando mi sobrina fuera por primera vez al antro, íbamos a ir a ridiculizarla mientras la voceábamos preguntando si había llevado suéter.

¿Que qué hago en Estados Unidos?, digamos que no soy una oveja esperando la dirija su pastor, soy un león que se niega a vivir en un rebaño. Al cabo es bien sabido que un mexicano es mas valioso que un caballo.

Por eso decidí hacer lo que a uno le gusta y, después, dejar que eso te mate lentamente.

Y ahí estoy, ante el oficial de migración, con unas ganas impresiónantes de decirle, ¿qué miras bobo? tipo a la Lionel Messi, con el manual de inglés para “dummies” debajo del brazo, con ese horrible deseo de pertenecer, con cara de circunstancia, y mas arriesgado qué sacar un condon en la primera cita, ¿que cuál es el motivo de la visita?, pues, definámoslo con que, la mejor manera de ayudar a un pobre es no convertirse en uno de ellos.

¡Portugueses al grito de guerra!

¿Como es que terminé en un idilio con Portugal?

Mi abuelo paterno fue el culpable directo, como de muchas otras cosas en mi vida (entre ellas tener cara de árabe ó la de hacer renegar a la gente sin causa aparente). De niño, nos platicaba los domingos una y mil historias, pero una de ellas, particularmente nostálgica, era como su tatarabuelo había llegado a México huyendo de la persecución que en Portugal se estaba llevando contra grupos judíos; cuestión que me hizo comprender el apodo que ostenta uno de mis tíos (bueno, también le dicen Morticia), como el abominable hombre de las nueves, pues a las 9 am en punto ya está abriendo su negocio llave en mano, y él mismo atiende muchas de las funciones del negocio, trabajar en domingo y ahorrar como si no hubiera mañana, como un auténtico judío; también, el tatarabuelo y como dato cultural había procreado a más de 30 con la misma, pero con diferente mujer, como si aquella frase de “a donde fueres haz lo que vieres” fuera una cuestión de que se tuviera que cumplir de vida o muerte.

Anécdotas que pasaron sin mucha importancia, ya que yo de niño lo único que importaba era que nos diera “domingo” y jugar con los primos al fútbol, mientras las macetas de mi abuela hacían de portería, cuestión que era de altísimo riesgo, como si se tratase de una operación a corazón abierto, pues derribar una maceta implicaba (como aquel comercial en México de la Secretaria de Salud) meterse con ella directa y personalmente, ya que el amor que le tenía a sus macetas era mucho más fuerte y sincero que a todos sus nietos en su conjunto.

Mas adelante, durante la preparatoria que me costó 4 años de mi muy valiosa adolescencia, (al respecto de esto, vino a mi mente ya que me representa, la frase que decía Facundo Cabral, “fui 4 años a la escuela pero nunca entré” ), mi maestra de español, nos dejó leer “Casi un Objeto” de José Saramago, esa, fue mi primera conexión consciente a Portugal, pues por increíble que parezca, al ir leyendo, resultó que un capítulo coincidía ampliamente con un sueño que llegué a tener muy seguido. Esa situación me dejó perplejo y/o inscrito en el PUP del legendario Dr. Hermenegildo Torres, por decir lo menos.

Un tercer acontecimiento macabro y curioso, fue el que viajando rumbo a Europa, en mi primer visita al viejo continente y al ir yo por los designios dictatoriales de mi esfínter en el WC, (ni Hugo Chávez se atrevió a tanto ), que dicho sea de paso, siempre me ha dado miedo entrar a los baños de los aviones pues me da la impresión, que una vez sentado, en cualquier momento todo se desmantelará y terminaras en caída libre a una muerte horrible; mucho menos apretar el botón de “flush” por miedo al escandaloso ruido que hace, escuché anunciar al Capitán, que estábamos sobre volando Portugal, ante esta noticia corrí a mi asiento que daba a la ventanilla; pues siempre que vuelo me gusta agarrar ese asiento y ver la vida pasar desde todo lo alto, pues me hace sentir libre, como si yo mismo fuera volando, como las águilas, inerme, sin aletear, solo surfear las olas del viento y dominar los paisajes que se presentan, así mi águila pudo apreciar los bellos campos y ríos Portugueses.

Ya instalado en tierra y después de deambular por la otra madre patria y harto de los pintxos, de los “joder tío”, de los “me cago en la hostia”, de Diego Cigala, de David Summers y su “lo siento nene vas a morir”, del queso manchego semicurado, de las cruz-campo, harto como las aeromozas se cansan de repetir las instrucciones de seguridad, decidí en Vigo, España, rebelarme al tour gachupín y seguir mi camino independiente, sin guía y con mi soledad a Braga, Portugal, a descubrir que es lo que tanto platicaba mi abuelo de las historias que a él mismo le platicaron su padre y abuelo.

Además de encontrarme con los gallitos muy tradicionales de Braga, de homónimos como los de mi familia, de una sagres, una posta de bacalhau en una de sus más de 365 formas de preparaciones, un albarinho de las Rias Baixas; y sin entender razones como Gabino Barreda, decreté mi nacionalidad Portuguesa, ahí mismo, sin importar nada, sin consultar al canciller lusitano, extasiado, como quien recibe una herencia tácita e inmediata, como un advenimiento divino; me vi en las caras de los que ahí conocí, me inspiré en el suave y bohemio fado de Amália Rodrígues, me reconocí en la nostalgia que los Portuguéses llaman “saudade”, que no es mas que nostalgia al equiparar su música con alguna trova Mexicana, y para agregarle más descaro al descaro, opté por investigar el origen de mi familia en un “portuñol”, que los ahí presentes al escuchar aquella inmundicia se desorientaron como si te hayases en un inodoro en el living, pero todo esta aventura valió la pena cuando me contaron que no muy lejos de ahí estaba Valença y Coímbra lugar de la raíz prístina de los Silva.

Lo demás transcurrió entre las muchas iglesias de Porto, o como decía Saramago, que ante todo y para honrar el nombre que lleva, un río donde navegan los barcos rabelos, un estilo de color, un acierto, un acuerdo entre el granito y los colores de la tierra, un duro misterio de calles sombrías, de desniveles, de casas de colores ocres, tan fascinante el espectáculo de sus viñedos en laderas bañadas por el río Duero y que a su vez sirve de frontera natural entre la ciudad de Gaia y Porto.

O una Lisboa famosa por sus pisos adoquinados, el famoso elevador “do Carmo”, que es una especie de torre también hecha por el mismísimo Gustave Eiffel, el monasterio de los Jerónimos con su estilo Manuelino, las múltiples estatuas del reformador Marques de Pombal ó de las también múltiples calles en honor a los navegantes Fernando de Magallanes y Vasco da Gamma, las pinturas de Henrique Pousao, caminar entre las calles donde se gestó la revolución de los claveles contra el régimen de Salazar, habitar entre las poesías de Pessoa y Texeira de Pascoes, la torre de Belem, el Benfica, Cristiano Ronaldo, Figo, Pauleta, Eusebio; el adelanto del paraíso con la hermosa playa de Cascais, la elegante Estoril, los palacios de la familia real de Bragança en Sintra, la arabesca Alcobaça. No me alcanza la intelectualidad para describir lo hermoso que es Portugal.

Este es el ensayo de los sueños, y como tal, algún día volveré a ese país que tanto me enamoró.

Alegoría de una Musa….

Querido diario, desde que dejé de ser aquel niño que veía a los arboles mas como un sostén de nidos y aprendí a verlos como productor de frutas, muy pocas cosas me habían llamado tanto la atención como aquel día que caminando conocí a una Musa del tamaño de la mismísima Venus de Milo, con la pequeñísima diferencia que ésta si tenía brazos. Aquel día, el cielo brillaba más azul, aquel día, estando en las estrellas logré escribir una vez más.

Estaba yo tratando de actuar normal pero asaltado por los nervios, mis neuronas convocaron a un comité de mesa redonda como en la era medieval, sobre qué actitud debía fijar ante el ofrecimiento de servicios caninos, mientras adoptaba una postura meditabunda e intelectual para impresionar a la musa:

Educado y mocho.

Muy buenas tardes estimada y muy distinguida vecina, tengo un canino que quisiera ver si existe la posibilidad de que se me recibiera hoy a eso de las 18:00 horas del año en curso para prestar el servicio de corte y baño, de antemano agradezco sus amables atenciones.

Españolete.

Joder tía soy tu vecino, ¿me recuerdas?, os tengo un lomito que me cago en la hostia, se mete en líos a cada rato jolines, hombre que ya hemos quedao a las 6.

Poético.

Oh delicada musa, es un honor apreciarte a ti y a tu linda blusa, tan tú, tan mi quimera, deslizándote sobre el camino de nuestro destino, al atardecer llevaré mi parecer a tu parcela, después de tu adiós invocare a nuestro dios.

Ingles Británico.

Sweet heart, it´s lovely, could you accept my dog after the tea time? Oh Darling you are bloody beautiful.

Imprudente y atrevido.

Qué dice la rorra de mi vecina?, a huevisimo que te llevo al peek, tú crees que no voy a aprovechar llevarte a mi perro con el fin de ver a ese forrazo de viejota que eres, a las 6 nos vemos en tu chan, espero me hagas descuento por estar estúpidamente masculino.

Seco y Frio.

Vecina. gracias. saludos cordiales.

La torpe realidad.

Hola Aline soy el chavo de paseo de los renos, ¿tons que?, ¿te lo llevo?, me quedé pensando que quizá no atiendas al público y si no es posible, no quisiera causar molestias, tengo una tarjetita tuya en mi camioneta, muy bien te lo llevo a las 6.

Esta no es una declaración de amor, es un ensayo literario, o bueno, si lo es, ¿por que no? todo depende con que cristal se mire, este pudiera ser un canto al amor, aquel amor que se anida en el fondo de las almas, aquel amor que roba calmas, aquel amor que es hijo del verbo que explica lo que siento, de lo contrario sería solo un torpe pensamiento.

Et j’ai crié, crié,
Aline!,
pour qu’elle revienne…

Sobre Drogas y otros Monstruos. Parte I y II.

Los raspados

A mi muy corta edad, mi madre me inició en el mundillo de las drogas, yo, un infante caminando de la mano de mi madre sobre las tranquilas calles de mi ciudad donde dejé el ombligo; como quien se acerca a la zona de la pobreza, divisamos una multitud de gentes amontonadas que, a juzgar por el bullicio, parecían como a la usanza de antaño, en un aparador, una televisión, y en esta, el partido de México contra Italia del mundial de 1970, hace 51 años donde irónicamente nadie tenía tv.

Quisiera aclarar que mi madre no era una junkie empedernida o al menos eso me dijo, tampoco era 1970, quizá un 1993, confirmo que ya teníamos varios televisores en casa, y el bullicio aquel no era ningún partido de futbol, era una turba de individuos practicando el peor influyentismo envuelto en falsas cortesías del que haya registro, compitiendo al estilo del capitalismo más sucio, sobre el siguiente cliente que apaciguara sus síntomas de abstinencia ansiosa ante el manjar que preparaba el mismísimo Don Genaro, personaje de la época que hacía unos riquísimos raspados de frutas originarias de la zona; siempre tuve la duda el por qué causo tanto furor esa miel de tamarindo con un pedazo de hielo raspado y que por cierto muy temprano alguien dejaba el bloque cual vil bote de basura abandonado en la banqueta de la esquina a la espera de que lo recogiesen; ni el mismismo Imperio Azteca en forma de granaderos mal pagados, hubiera podido obligar a aquella turba a guardar la sana distancia; a veces, pienso que hubiera sido del covid si hubiera caído en tiempos de Don Genaro, y no al revés, porque Don Genaro sí que marcó una época.

Esa fue mi primera adicción, al azúcar, además de pertenecer a esa raza antigua asemejada más a un cromagnon que a un homo sapiens, que a la 1 pm en punto ya estaba esperando a Don Genaro, pasara lo que pasara, y con decir esto me refiero a dejar cualquier tipo de responsabilidad como, tareas, colegio, trabajo, una losa a medio colar, o hasta un concubinato, para después luego de ser atendido, huir a empujones, como si después de que te despacharan se acabaran los modales, ahora creo después de muchos años que si gozo de buena salud quizá se deba a esa resistencia que desarrollé de ese hielo sucio que consumí mil veces.

                                                                                         El Jeep

Ya más grande de edad, sucumbí a otra droga mortífera, disruptiva y arruina-ahorros, quizá pensaras que esta última palabra no existe, pero sí, yo la acabo de inventar; y como en todas las drogas, sucumbes ante una droga blanda, terminas sucumbiendo a todas, ¿Qué en ese entonces no existían el vino, la guitarra y las mujeres?; resulta que ya cuando yo ejercía ya de varón, mi abuelo Don Enrique Cortes que en paz descanse, adquirió en 1978 un Jeep modelo CJ5-D tipo Kaiser de 6 cilindros, rarísimos, más raro que ver un excusado en la sala y que tenía digamos semi arrumbado en su casa de Pátzcuaro, como si este fuera una obra de arte, lo lavaba diario, lo prendía también diario para que el motor trabajara correctamente, muy a menudo se subía al jeep desde donde tenía al alcance la vista del lago de Pátzcuaro y de paso rebobinar la película de su vida, la escena del jeep en aquella casa con aquella vista, la hubiera hecho un auténtico ready made tipo a la Marcel Duchamp, una pieza intocable, invaluable, que a manera de decreto tácito, era delito federal si quiera poder tocarlo.

Corría quizá el año de 2015 cuando mi abuelo anuncio entre sus hijos que su vecino con el que se había peleado por un tema de linderos, había tomado la decisión de vender por 20 mil pesos ese jeep al vecino, cuestión que me indignó profundamente e inmediatamente resolví arrancarme a Pátzcuaro con un aficionado de los jeeps y nada más ni nada menos que mi primo Miguel Ángel Hernández Cortes, quien dentro de sus curiosidades le apodan “el pilón” ,  pues en su casa cuando ya habían cerrado la fábrica, sorpresivamente llegó a este mundo terrenal, y que más adelante después de una fractura de clavícula, y por no atenderse, quedó más corto del hombro al cuello, situación que le valió el apodo de “el chueco”; nunca te has fijado alguna vez que andando en carretera y al pasar por pueblos , circulan camiones viejos que fueron chocados, que por ende se descuadraron y al verlos venir hacia uno parece que vienen de ladito, como chuecos, así justo camina mi primo Pilón.

Estando en casa de mi abuelo, un tipo difícil por cierto, me comentó que no eran horas de visita y que regresara al día siguiente, pero después de insistir y comentar que traía el dinero constante y sonante accedió a hablar conmigo, estaba yo como las moscas sobándome las manos de la nueva adquisición cuando se me informó que el jeep había ascendido a 25 mil pesos, como si este se rigiera por el mercado de divisas, ante esta fluctuación bursátil nos lanzamos a un cajero a sacar los 5 mil restantes, ya de vuelta en casa mi abuelo comentó que el jeep había subido a 30 mil pesos, con una vena hinchada en la frente, el rostro rojo del coraje y a punto de perder la diplomacia, mi primo Pilón dispuso del resto del dinero para cerrar la operación.

Ya estando en los festejos etílicos de la adquisición de esa joya automotriz , después de sendas horas de tragos espirituosos , superada la etapa de la euforia y la de bailes regionales, le propuse a mi hermana la grandísima idea mientras cenábamos en una taquería, la de unirnos al selectísimo club de finas personas de Uruapan que alguna vez se treparon a la plancha de la plaza del centro de Uruapan en un vehículo a dar el rol; y cual vil vuelta olímpica a la plaza iríamos agradeciendo imaginariamente al público que aplaudía como si hubiéramos ganado la medalla de oro, pero como bien dice el dicho de los juegos olímpicos, no importa ganar si no participar; para esto mi hermana mientras se reia de la propuesta, le embarró crema a sus tacos con una técnica a la Jackson Pollock y con un “la cuenta” me dijo “¡vamos!

PARTE II

La Mezcalina

Como cuando se escucha el eco de la voz de un padre en misa, así desperté, retumbando en mi mente con algunas dudas existenciales, por ejemplo, ¿por qué me duele la cabeza?, ¿cómo llegué a casa?, ¿por qué estoy vestido?, ¿por qué están todas las luces prendidas?, ¿ya habrán sacado al buey de la barranca?, ¿dónde estará enterrado el cadáver de mi vida pasada?, por qué tomé mezcal?, ¿por qué Flor se atrevió a declararme su amor?

Ya sobre la base de un aporreadillo y una cerveza, recordé ese fatídico momento en el que mientras bebíamos copiosamente mezcal en Etucuaro y cantábamos sones Michoacanos con un conjunto norteño de esos integrados por 3 personas que más parecían bandoleros de la revolución que propiamente músicos; la cumpleañera en cuestión con un vestido descollante de cocktail de día color amarillo, osó interrumpir la música para con el micrófono agradecer a los presentes por haber acudido a su festejo cumpleañero, pero específicamente al que era el amor de su vida, ante esta declaración tan llena de amor y algarabía, la multitud aplaudió efusivamente incluido yo, para inmediatamente después mencionar mi nombre en diminutivo (Gerardito) en todo lo alto como el gran poseedor de su corazón, como si se tratase de un apoderado legal que firma un contrato en una notaría.

Mientras la multitud al unísono coreaba “que baile el vals”, “que baile el vals”, y yo sin salir de mi asombro, con una temblorina que me hizo derramar mi caballito como si tuviera el peor de los parkinson, como Maradona steando y trastabillando despues de drogarse e impulsado por mi señor padre que jocosamente se burlaba de la situación rocambolesca, tuve que desasnarme para ejecutar los pasos prohibidos que no decepcionaran a la dichosa “novia” y al público conocedor, y para agregarle más descaro al descaro, mi padre hizo su heroica aparición para pedir abrazara a “la novia” pues quería tomarnos unas bonitas fotos; todavía no se acababa el vals del amor y las risas de mi padre ya convertidas en carcajadas, cuando el publico enardecido coreó, “que baile el suegro”, “que baile el suegro”, es decir, un quita risas apocalíptico, karma instantáneo, un recorte de personal del mundo godín, un que mi mama dijo que siempre no, un si no puedes ser el poeta se el poema, un pa´que te digo que no si sí, un golpe en el dedo chiquito del pie, un “yo te llamo” del área de recursos humanos, un sí pero el PRI robó más, hubiera preferido en ese instante morir como Chejov en mi cama y con una copa de champagne.

De esas veces que le pides al creador, al ser que esta en los cielos, al padre de todo, a Jesús de Veracruz, a YisusChrist, a Yavhé, a Jehová, bueno a Buddha, a Vishnu, a quien carajo responda que si nos saca de este lío, prometemos ser las personas mas buenas del universo.

Mientras mi padre y yo debatíamos como abandonar el lugar con tanta vehemencia que parecía que estuviéramos eligiendo papa, apareció la magia que alguna vez dijera José Ortega y Gasset, el vino es un asunto cósmico, y ese momento mágico en el que el alcohol logró poner en ese estado de gracia a esa bola de alegres haraganes, que pasó desapercibida nuestra triste retirada sin gloria y sin pena, como la que algún día ejecutó Napoleón en su campaña de invierno contra Rusia.

No cambiaremos de vida, si no cambiamos la vida.

Una pandemia y que se lleve seres queridos no es algo que se vea muy seguido, nada comparado por ejemplo con la tragedia domestica de quedarte sin limón, pero cumplir 34 años y sobrevivir (al menos por el momento) si es mas frecuente, casi una hazaña, como lo que es que estemos viviendo en la epoca de Messi, Federer, Hamilton ó hasta un Trump hacer berrinche, este quizá fue una dosis de vida.

Un año que sin duda nos desvió por los caminos que pensábamos andar, un año donde muchos perdimos, aunque sea de diferente manera, se dice que el dolor es un megáfono con el que Dios nos despierta en un mundo de sordos; al menos ahora después de esto podré decir, este es el camino por el que nunca andaré, pero en cambio estos son los sueños que sí soñare; alguna vez le escuché a una persona que parecía más antropoide, que jamás deberíamos de privarnos del aprendizaje que supone perder.

A veces quizá pensemos que por más que trabajemos en algo no se nos da, pero ahora comprendo que la vida es para sembrar, que la cosecha no está aquí, al menos eso quiero creer a manera de consuelo, por eso a partir de ahora propongo mirar un horizonte lleno de ojalas, mujeres que no puedan devolvernos las miradas, evitar la lengua del mucho decir y del poco saber, nunca decir que no puedes, aprender a olvidar, decir si pero con el corazón, rigurosa media de tequila para dar una breve explicación de lo que trata la vida, pues demasiado poco vino prohíbe la verdad, ó un tú y un yo en alguna parte, reír mil, pero sobre todo reír juntos, siempre mirar para adelante, si un médico te da 10 días de vida, ¡mátalo!, un juez te dará 20!, es decir, que gane el sentir y pierda el tener, que te cuenten las muelas con historias increíbles, dedicarse a vivir y que no te quede tiempo para otra cosa, a final de cuentas “sacaremos a ese buey de la barranca”, pues como decía Facundo Cabral, es en vano que golpees la puerta, todos estamos adentro, de acá nadie se va, no creas que con un balazo cambiaras el argumento del maestro, te reencarnará mas pendejo hasta que aprendas.

Hay mucha destrucción y fracaso a las puertas de ejecución de un escrito, pero hoy son de esos días que había mucho Gerardo Silva dentro de Gerardo Silva, de esos días que dándole salida a un mezcalito y a una cerveza, te sale la reflexión del año.

3 Minutos para encontrar 2 almas.

Escribir sobre pedido, ¡ja!, como si se pudiera pedir cual vil pizza que si no llega en 30 minutos es gratis, iniciar la primera letra, pensar en palabras gastadas, se siente como conductor de autobús que ha olvidado su destino, no es fácil, aunque haya escrito mil artículos, para escribir se necesita darle salida a un ron y claro, ¡inspiración!, pero esta es caprichosa, aparece en el momento menos adecuado, por decir cuando estas siendo infraccionado por un tránsito ó cuando uno lo hace por amor, pues todo lo bello viene con proporción, además se siente como el primer beso……

¿Como es que 2 almas se encuentran? ¿cómo se escribe esta historia? puede ser que jamás , no sé, quizá sea parte de la colección de amores olvidados, pero no hay problema pues así lo quiso dios, pero si de algo estoy seguro es que el amor es libre y libre para volar, por eso me gustaría decir que quisiera estar en un rinconcito de tu corazón, que un pedacito de tu cielo sea para mi, que tu perfume se pierda en mi camisa, poder ver el reflejo de tus labios en mis ojos, poder tocar tu alma, que cuando te acuerdes de mi te muerdas los labios, que me besaras hasta que me dejaras en coma, me gustas tú, a mi lado o encima no importa, quizá seré esa historia que no le contaras a tus nietos, a veces dejar de aferrarte a algo y descubrir lo nuevo te puede hacer vibrar el corazón de una forma que no recordabas.

No es fácil escribirle a alguien cuando desde hace mucho se deja el corazón colgado antes de salir de casa, cuando ya no se cree tanto en el amor, cuando el equipaje pesa sobre mis alas, pero el corazón nunca pasa de moda y este, a veces dice si, como hoy que me dijo que ella si me inspiraba, una razón poderosa para seguir adelante.

Ponerle dedicatoria en estos tiempos no sería prudente, es como si se menciona la cuerda en casa del ahorcado, como si se fundieran los focos y comenzara el infierno, así que solo estos libros serán mis testigos, no importa si el final de las cosas es sabido, vale la pena, soy de esos que meten sus sueños en una caja de huevos san juan y ¡a por ellos!, solo tú sabes quién eres.

Apología de la contra-libertad.

La libertad no es un derecho, la libertad no existe, es mas, si buscas la palabra en el diccionario no la vas a encontrar.

Desde los primeros tiempos, Dios encerró a Adán y Eva en una autentica cárcel, “!no comas esta manzana!”, “¡no te salgas de este limite!”, “!no hables con tal animal!” , es decir una total ausencia de libertad.

En las sociedades que florecieron en la antigüedad, no te dejaban matar, no te dejaban disfrutar de tu dinero sin haber tenido que haber tributado al rey en cuestión.

Ya hablando de tiempos mas modernos, tu esposa no te deja salir ni por las tortillas, tu dueño tiene nombre y se llama sueldo, eres esclavo de los designios de tu perro.

La mejor teoría del capitalismo te obliga a trabajar 24/7 para poder siquiera sobrevivir, del socialismo ni hablamos. La sociedad es quien dicta las premisas a seguir, nunca salen de las entrañas de tu ser.

Siempre te inculcaron la idea de que el trabajo consensuado en equipo es lo mejor, el presidente de la república le tiene que pedir permiso al congreso para mover un dedo, no decides cuanto pagar por el litro en una gasolinera, ni cuanto pagar en una caseta de peaje , tampoco cuanto pagar en el supermercado.

Como te dije, la libertad es una utopía .

¡la libertad no existe!

Cuando la corrupción tuvo lengua.

Ustedes no están para saberlo ni yo para contárselos, pero yo un día fui Presidente de México, no se han de acordar por que a lo mejor estaban muy chiquillos o quizá ni habían nacido, pero yo serví a esta patria, y gracias a mi tienen seguro social, casas de infonavit y tortas gratis cada 6 años.

Por mi autorización pasaron todas las grandes decisiones que este país ha tomado desde 1938,  la Expropiación Petrolera que concretó unos de los pocos políticos bien paridos que esta tierra ha dado ¡Carajo!, mi intis confis el Generalísimo Don Lázaro Cárdenas del Río, hombre incorruptible, íntegro, cabal, amante de pasear en su Jeep Willys por los caminos michoacanos, visitar los pueblos, deglutir antojitos mexicanos, bailar con las guaresitas que ofrecían sus esposos en símbolo de agradecimiento, y que debo decir que en algún punto tuvo a bien, pasarlas por las armas.

¿Te acuerdas de las olimpiadas del 68?, ¿quién crees que aprobó mandar al ejercito a apaciguar las aguas?, aplacar a un puño de arigotosos tiene su chiste, tristemente el Presidente Ordaz se le salió la situación del huacal y ordenó la masacre; lo bueno es que años después ordené a manera de venganza le implantaran cáncer en el colon, porque conmigo nadie se mete.

¿Quién crees que invitó a mi casa de Las Lomas a Joao Havelange, donde al son de la chica de ipanema, organizamos un bacanal que desembocó en que me diera la sede del mundial del 86.

En una partida de Poker con Reagan,  Gadaffi y  Mandela que se celebró un 16 de Febrero del 1987, en una pulqueria del centro de la Ciudad de México, decidimos tumbar el sistema electoral de 1988.

Pues bien, diré que yo soy el último patriarca de este país, el mandamás, el de los pantalonsillos largos, yo soy la mano que mece la cuna,  yo he decidido toda la vida política de México; por ejemplo cuando se celebraron las elecciones federales del 2012, me vinieron a preguntar a quién me parecía mejor para ocupar la presidencia, decidí obvio a Peña Nieto por que estaba guapo.

Incluso me han llegado a comparar con el vende patrias del quince uñas, el único mexicano mal parido e hijo deputa que se atrevió a pelear de tú a tú contra los gabachos.

Ahora que me he convertido en un viejo que viste ropas con olor a naftalina y que el blandengue de AMLO me ha excluido del poder pues no hay cabida para la corrupción, he decidido regresar a la tierra que me vio nacer, allá donde dejé el ombligo, un pueblito enclavado en la zona central de Michoacan llamado Uruapan, que si existiera el culo del mundo, digo yo, estoy convencido de que ahí seria.

En 1999 conocí en un vuelo directo de Washington a La Habana naturalmente de primera clase al Dr. Amarillo, que iba en una misión humanitaria  a la residencia Castro, parecía muy misterioso con un bigote a la Hitler, complexión como la del inspector Clouseau y quién dijo ser oriundo de donde nací, ahora que he regresado a mi pueblo visité su establecimiento en la calle Michoacán y California,  caí en la cuenta de su actividad “humanista” que no es otra cosa que un expendio de bebidas espirituosas y dónde pasaré el resto de mi retiro. 

¡Gracias!

Siempre hay que dar gracias, el solo hecho de estar vivo lo amerita, no soy muy católico, pero veo la conveniencia de hacerlo a diario.

Tuvieron que pasar 30 años, muchas vivencias, varias perdidas, para entender que un gracias no se compara con una penicilina, pero si para recordar por que estamos aquí y por que luchamos.

A final de cuentas todos estamos reunidos en la misma hambre, en la misma mesa, a veces, después de tanto, le pido a Dios que mande las penas a lugares de menos fé.

Lo tenemos todo y no nos damos cuenta, los árboles, los ríos, el cielo, los jilgueros, ¿cuántas veces no hemos visto a personas discapacitadas y nuestros problemas se hacen pequeños?

El hecho de poder caminar, de tener a nuestros padres, a nuestros hijos, nuestros hermanos, nuestros amigos y también hasta las cosas malas que nos han pasado en nuestras vidas nos hacen crecer, aunque regresar a ese lugar cause mucho dolor, hasta de eso debemos agradecer.

A veces el peor dolor es la mejor leccion.

Que más bello que agradecer los ojos en los que nos pudimos reflejar, los besos que yo te dí, los viajes que se hicieron, las risas que se guardan en el corazón, los abrazos que te repararon el espíritu. El cuerpo es sensible a las alegrías del alma, aunque esas alegrías ya no estén , por que a veces, aunque no se sepa si el cielo es de donde cae la lluvia, ó la misma tierra quien nos encharca, siempre hay que agradecer, por la sencilla razón que hoy sabemos que somos y donde estamos, mañana quien sabe.

Y es que el tiempo nunca vuelve, como las aguas del río, por eso agradezco tener una pasión en mi mente, ser libre como el aire, regresar a donde me entiendan, tener la habilidad de reír aunque por dentro quiera llorar.

A final de cuentas, después de haber amado, siempre vuelves a amar, después de haber tenido siempre vuelves a tener, como el sol que siempre vuelve a salir, pues definitivamente lo vivido nunca será mejor que lo que esta por llegar.

Gracias!

Sobre la inspiración.

Mucha gente me dice, ¿por qué no sigues escribiendo?, deberías de meterte a algún curso, lo haces muy bien, incluso hubo quien conoció mi oficina y después de una breve inspección preguntó , ¿aquí es donde te inspiras?, ¿aquí es donde escribes?, y pues ¡no!, no es así de fácil, hay mil factores que influyen para que alguien como yo, dicho sea de paso, sin alguna preparación académica en letras, sea creativo, en honor a la verdad, desde niño siempre fui creativo e innovador, quizá sin causa, pero al fin creativo.

La inspiración es ese sentimiento que te llega así de repente, así sin más, como cuando recuerdas que dejaste la ropa tendida y empezó a llover, así, de un solo tajo.

Y es ahí en ese preciso momento donde la praxis artística fluye, donde todo se escribe, pero en la cabeza, no en el escritorio, solo se llega a un escritorio a escupir todo, en una sola exhibición.

Esa inspiración que va y viene, como la marea de mar, a veces más fuerte, a veces más débil, hace tiempo leí un libro que entre otras cosas recomendaba tener a la mano una libreta con su respectivo bolígrafo, casi debajo de la almohada para anotar ideas por si se venía esa impredecible inspiración, pero como se puede anotar dichas ideas si cuando la inspiración aparece, uno se encuentra escondido en el closet de la amante en turno, mientras la pareja de la susodicha, al estilo de un agente de narcóticos de la DEA golpea violentamente la puerta exigiendo que se le abra, nada mas faltó que también gritara, !!SPECIAL AGENT!! , a veces, no es tan sencillo.

También es importante decir que cada autor, puede llegar a tener expresiones artísticas, inspirado por sus circunstancias, escritores leídos, gustos particulares  y ¿por que no? antiguos amores que una noche se fueron,  y que se evocan nostálgicamente a través de las letras.

A veces incluyo en mis escritos frases o ideas de otros autores que en su momento leí, subrayé y que alguien pudiera considerar un pirataje, pero no es así, es mas bien como quien quisiera conservar lo que ha dejado de ser, lo que está a las puertas del olvido, pues el mundo tendrá siempre la necesidad de que se cuenten nuevas historias, de imaginar lo que nunca fue.

Por ejemplo una bonita fórmula  para matar la creatividad se puede lograr sí; se mezcla fuerza bruta, ignorancia, presunción, hipocresía, gusto de sufrir, envidia mucha, y habilidad en el arte de la intriga para que gane el tener y no el sentir.

He llegado incluso a organizar mesas redondas en mi mente con temas varios como; amistad, libertad, amor, sexo, política, pero tensar demasiado la cuerda, y entregarse al alcohol da como resultado, terminar en algún tugurio de mi ciudad natal ahí donde dejé el ombligo, con una amiga restaurantera apostando sobre a quién ya se le pasaron las cucharadas con los tragos, desmenuzando el “concepto de pueblo chico infierno grande”, sobre el tiempo de vida de  alguna que otra relación amorosa precipitada, sobre quién actúa de manera ridícula, sobre cuantos shots de determinado licor aguantaremos, sobre si “a que no me besas”, sobre “¡si voy!”.

Por mi parte, después de mucho tiempo entendí, a lo Deepak Chopra, que un método para encontrar el camino del artista, es aplicar un poco de misantropía  y soledad, pero sobre todo cabeza y corazón, en este mundo tan superficial y banal, y esque allá afuera hace mucho capitalismo, bien decía Diderot que solo las expresiones artísticas perfeccionan el gusto y fortalecen la moral.

Sabemos que del suelo se levantan las cosechas, las flores, los hombres y sus sueños, también del suelo se puede levantar algún libro o un escrito, como decía un amigo escritor, no hay que pervertir las letras obligándolas a salir, solamente un día harán su aparición.

Érase una vez en el país de los Chairos

Si te estas preguntando qué es ser chairo puede ser que seas parte de este bonito grupo, de hecho solo decirlo en si te hace un serio candidato a serlo.

Ser chairo originariamente se acuñó para bautizar despectivamente a aquellas personas que defendían ideologías de izquierda, aunque también encaja en este concepto personas que se les atribuye falta de compromiso en lo que dicen defender.

Como es que Pepe Meade, candidato a la presidencia por el PRI salga a decir que combatirá sin cuartel la impunidad y la corrupción cuando al día siguiente las ternuritas de la PGR anuncian que la causa penal instruida contra el Ex Gobernador Cesar Duarte conocida rata de 2 patas ha sido desestimada, ¡no mamen!, ¿quién les habrá hecho tanto daño? ¿En qué Institución estudiaron?

O que sea motivo de indignación nacional que nuestro viejito de Macuspana tenga un lento hablar, 2 departamentos en Copilco (zona que dista mucho de la casa blanca de las Lomas de Lic. Don Enrique Peña Nieto) y  no conteste preguntas incómodas.

Pero anoche 7 de Mayo del 2018 en tercer grado programa televisivo con reconocidos periodistas, nuestro candidatazo Pepe Meade, tampoco conteste sobre los desvíos multimillonarios en Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), incluso desvía el tema, tampoco contesta sobre si Romero Deschamps y Rosario Robles son honestos, además asegura que Lord Peña y el Niño Verde son que bruto de honestos ¿Por qué de esto no se habla en las redes sociales? ¿Por qué de esto no nos indignamos?

Por otro lado, que Napoleón Gómez Urrutia sea candidato a un puesto de elección popular por MORENA, suena a que es de lo peor cuando la mayoría de la gente no sabe ni quien es,  ni que hace, pero como me dijeron, pues si debe ser muy malo, o que decir de Carlos Romero Deschamps, que en su momento desvió $1,000,000,000.00 (¡si!, todos esos ceros) de Pemex para la campaña de Labastida, los siempre carismáticos Rubén y Humberto Moreira, el Tiranosaurio rex de Manlio Fabio Beltrones, Arturo Montiel y nuestro preferido Javier Duarte, solo por mencionar algunos de tantos, personajes todos del PRI que le han hecho muchísimo más daño a este país.

¡Otra!, que no nos informemos o no tengamos la claridad de pensamiento para discernir cuando en las redes sociales se diga mil cosas absurdas e irnos con la finta, que se va a convertir a México en Venezuela, siendo que hay muchos candados y contrapesos en nuestra democracia por decir el Poder Legislativo y el Judicial como para que a voluntad de una sola persona pudiera pasar semejante situación, o mi favorita!, ES POPULISTA!,  ¿sabes que es populismo para empezar? ¿o nomas lo repites como los borregos?, yo diría que todo los programas federales de la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) , TODOS son populistas, de hecho todos los presidentes tienen hasta cierto punto un grado de populismo, pero como somos chairos, tiene más punch solo en “Ya Sabes Quien”.

A esto me refiero, a que no sepamos discernir entre la guerra sucia, entre la chairez, que nos dejemos llevar con lo primero que veamos o nos digan sin siquiera validarlo, o que no nos demos cuenta que la mayoría de las cosas que vemos sean sofismas en su máximo esplendor.

Un ejemplo de un sofisma, es decir que el Gral. Lázaro Cárdenas del Rio le quitó tierras a hacendados y las repartió entre los campesinos, pero no fue exactamente así, fue una idea originalmente de Emiliano Zapata que implementó por la vía belicosa Francisco Villa y que luego se elevó a mandato constitucional ya que la Revolución lo exigió y del cual se sabe que desde Álvaro Obregón hasta la administración de Carlos Salinas de Gortari, sistemáticamente año con año se repartieron tierras, aunque debo decir que los objetivos sociales y económicos quedaron inconclusos.

No defiendo a nadie en particular, es más, quizá si José Antonio Meade nunca se hubiera salido del PAN y fuera hoy su candidato estaría pensando seriamente en votar por él.

Aquel pueblo que no conoce su historia esta terriblemente condenado a repetirla.